Hace algunos días el periodista 'Cristian Arcos' publicó una columna en la versión chilena de as.com, que llevaba el curioso título de ''No cachan na' estos alemanes'', donde exponía en un irónico tono lo que parecían ser locuras a la hora de comparar el torneo nacional con el fútbol alemán.
La columna es la siguiente:
Ahora que habrá una verdadera colonia de jugadores chilenos en la
Bundesliga, es bueno echarle un vistazo a la liga alemana. Mal que mal,
los germanos son los campeones del mundo y en esta temporada jugarán allí Arturo Vidal, Charles Aránguiz, Gonzalo Jara, Marcelo Díaz y Miiko Albornoz. Cuatro de ellos, titulares fijos. El último, alternativa real para Jorge Sampaoli en la selección.
Los alemanas no cachan nada. Fíjense en algunas de las locuras que hacen.
Los repartos de los derechos de televisión los realizan de acuerdo a criterios deportivos. Mientras mejor te va en la cancha, ganas más plata. Mientras peor, el monto baja. De esta forma, alientan las campañas y los equipos chicos no son esclavos de los grandes.
No cachan na' estos alemanes.
Están abiertos a la inversión externa, de patrocinadores, concesión en los estadios, merchandising, pero el 51% de la propiedad de los clubes debe ser de los socios. En el Bayern Munich, por ejemplo, los aficionados reunidos poseen el 75%.
No cachan na' estos alemanes.
No tienen un canal del fútbol para transmitir todos los partidos. Los clubes licitan sus derechos. Son tan dementes estos alemanes, que hasta transmiten cotejos por televisión abierta. Incentivan el público en los estadios, al nivel que tienen el mejor porcentaje de asistencia, club por club, de toda Europa.
No cachan na' estos alemanes.
Han fomentado la liga local sin cerrar las puertas a los extranjeros. Pero para que un foráneo juegue en su liga debe tener una cantidad de partidos internacionales en el cuerpo. Su selección es el actual campeón del mundo y la mayoría de sus figuras militan en el campeonato interno.
No cachan na' estos alemanes.
Existe un tope financiero. Los equipos que superen ese registro, ponderado con el nivel de su patrimonio, reciben severas multas.
No cachan na' estos alemanes.
Juegan un torneo largo. A nadie se le ocurre que un campeonato extenso sea aburrido. Acá en tanto, como somos pillos, pero pillos de verdad, hacemos el torneo más corto del mundo, para que cada partido sea una final. Por eso hemos visto apasionantes cotejos en estas primeras tres fechas de certamen. Yupi.
No cachan na' estos alemanes.
Logran potenciar su torneo paralelo, la Copa Alemana, con recompensas reales y una planificación que está organizada para las siguientes tres temporadas.
No cachan na' estos alemanes.
Permiten el ingreso de banderas y bombos, con el riesgo que sabemos que eso tiene, pues son el reflejo de barras y delincuencia. Donde están las banderas están los maleantes. Eso nos dice acá, que somos pillos, pero pillos de verdad. Por eso es tan terrible ir a un estadio en Alemania.
No cachan na' estos alemanes.
Claro, porque estos alemanes aplican parámetros que acá no tenemos. Imposible e injusta es la comparación de realidades tan distintas. Allá la inversión en educación es gigante, pues entendieron hace cincuenta años que la educación no es un tema partidista ni electoral, sino de competencia para todos. Comprendieron que mejorando la educación van a mejorar todo lo demás. La violencia. La delincuencia. El transporte. Los estadios. Educación como prioridad. Emparejar la cancha. Mientras más gente educada, mejor país. Promoción al estudio, a la ciencia y a la educación técnica.
No cachan na' estos alemanes.
Ojalá que Vidal, Aránguiz, Jara, Díaz, Miiko, no se maleen con dirigentes que no tienen idea de fútbol, gerentes que no tiene idea de tv, políticos que no tienen idea de los problemas reales de la gente.
Los alemanas no cachan nada. Fíjense en algunas de las locuras que hacen.
Los repartos de los derechos de televisión los realizan de acuerdo a criterios deportivos. Mientras mejor te va en la cancha, ganas más plata. Mientras peor, el monto baja. De esta forma, alientan las campañas y los equipos chicos no son esclavos de los grandes.
No cachan na' estos alemanes.
Están abiertos a la inversión externa, de patrocinadores, concesión en los estadios, merchandising, pero el 51% de la propiedad de los clubes debe ser de los socios. En el Bayern Munich, por ejemplo, los aficionados reunidos poseen el 75%.
No cachan na' estos alemanes.
No tienen un canal del fútbol para transmitir todos los partidos. Los clubes licitan sus derechos. Son tan dementes estos alemanes, que hasta transmiten cotejos por televisión abierta. Incentivan el público en los estadios, al nivel que tienen el mejor porcentaje de asistencia, club por club, de toda Europa.
No cachan na' estos alemanes.
Han fomentado la liga local sin cerrar las puertas a los extranjeros. Pero para que un foráneo juegue en su liga debe tener una cantidad de partidos internacionales en el cuerpo. Su selección es el actual campeón del mundo y la mayoría de sus figuras militan en el campeonato interno.
No cachan na' estos alemanes.
Existe un tope financiero. Los equipos que superen ese registro, ponderado con el nivel de su patrimonio, reciben severas multas.
No cachan na' estos alemanes.
Juegan un torneo largo. A nadie se le ocurre que un campeonato extenso sea aburrido. Acá en tanto, como somos pillos, pero pillos de verdad, hacemos el torneo más corto del mundo, para que cada partido sea una final. Por eso hemos visto apasionantes cotejos en estas primeras tres fechas de certamen. Yupi.
No cachan na' estos alemanes.
Logran potenciar su torneo paralelo, la Copa Alemana, con recompensas reales y una planificación que está organizada para las siguientes tres temporadas.
No cachan na' estos alemanes.
Permiten el ingreso de banderas y bombos, con el riesgo que sabemos que eso tiene, pues son el reflejo de barras y delincuencia. Donde están las banderas están los maleantes. Eso nos dice acá, que somos pillos, pero pillos de verdad. Por eso es tan terrible ir a un estadio en Alemania.
No cachan na' estos alemanes.
Claro, porque estos alemanes aplican parámetros que acá no tenemos. Imposible e injusta es la comparación de realidades tan distintas. Allá la inversión en educación es gigante, pues entendieron hace cincuenta años que la educación no es un tema partidista ni electoral, sino de competencia para todos. Comprendieron que mejorando la educación van a mejorar todo lo demás. La violencia. La delincuencia. El transporte. Los estadios. Educación como prioridad. Emparejar la cancha. Mientras más gente educada, mejor país. Promoción al estudio, a la ciencia y a la educación técnica.
No cachan na' estos alemanes.
Ojalá que Vidal, Aránguiz, Jara, Díaz, Miiko, no se maleen con dirigentes que no tienen idea de fútbol, gerentes que no tiene idea de tv, políticos que no tienen idea de los problemas reales de la gente.
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